El verde y el azul de Bretaña

Hay una Bretaña verde, del interior, del corazón,  mística y celta, allí donde los caminos llevan hacia los bosques de leyendas, las fuentes de efectos benéficos, las Ciudades de Arte e Historia y las pequeñas Ciudades con Carácter. Una Bretaña secreta que se revela a los amantes de la naturaleza y de lo auténtico.

El verde y el azul de Bretaña

Y está la Bretaña azul, del mar, inspiración para los artistas, ahí donde la luz es hermosa, los cabos vertiginosos, las playas tienen la arena fina y las calas se pintan de rosado, gris o malvas. Todas estas facetas han dado a las costas bretonas unos nombres llenos de encanto: la Costa de la Esmeralda, la Costa Salvaje, la Costa de Granito Rosa o la Costa de las Leyendas.

El verde y el azul de Bretaña

Bretaña está profundamente anclada en su pasado legendario, imperceptibles en la vida cotidiana, invisibles en la agitación de las ciudades, los héroes de las leyendas celtas surgen en la penumbra de los bosques donde se adivina su presencia fugitiva.

El verde y el azul de Bretaña

Miles de hadas se siguen ocultando en los matorrales de espino blanco para salir al crepúsculo, cuando se abren las puertas de la noche.

El mar también alimenta la imaginación alrededor de los cabos, las bahías, las islas, los arrecifes, las olas y las mareas. No es infrecuente ver sirenas que atusan sus cabellos de luz con un peine de oro o cruzarse en una cañada con un “korrigan”, pequeño ser malicioso de las historias antiguas.

El Bosque de Paimpont, “vestigio” del célebre bosque de Brocéliande que antaño cubría toda la Bretaña interior, ha visto morar entre sus árboles a Viviana, Merlín, Morgana y el rey Arturo. En el sur de Bretaña, en Cornualles, la punta de Penmarc’h es el escenario de los amores trágicos de Tristán e Isolda.

El verde y el azul de Bretaña

El Ankou, el segador de almas, es el más conocido de todos los seres sobrenaturales. Tiene un rostro demacrado, unos zuecos de madera en los pies, un sombrero negro sobre la cabeza y una hoz enastada al revés en la mano derecha. Conduce de noche una carreta chirriante. La residencia del Ankou sería el Youdig o, más precisamente, el Yeun Elez en los Montes de Arrée, puerta de los infiernos donde son enviadas las almas hacia su última morada.

Quien quiera escuchar, ver, imaginar y sumergirse en un mundo onírico, encontrará en Bretaña el lugar ideal y podrá atracar en Avallon, isla misteriosa de los bienaventurados.

El verde y el azul de Bretaña

En Bretaña los hombres construyen desde hace mucho tiempo monumentos a base de piedra. Los más antiguos megalitos datan de 4.000 años antes de nuestra era. Su cantidad y su calidad convierten a Bretaña en el principal centro megalítico de Europa.

Bretaña es asimismo una región con una gran tradición urbana cuyos orígenes se remontan al siglo XI, incluso a la Edad Media o a la época galorromana para algunas localidades.

El verde y el azul de Bretaña

Construidas alrededor de catedrales, monasterios o residencias feudales, generalmente en lugares defensivos y/o que servían de cabeza de puente, estas ciudades, con un patrimonio urbano bien conservado y protegido, son numerosas y representan a otros tantos territorios diferentes a lo largo de su geografía.

Veinte pequeñas Ciudades con Carácter y treinta y nueve Ciudades de Arte e Historia –denominación dada por el Ministerio de Cultura- y Ciudades Históricas configuran un patrimonio que todo el mundo debería conocer.

Más información:
Comité Regional de Turismo de Bretaña
www.vacaciones-bretana.com

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